Hubo problema desde el primer día porque no pudimos entrar al estacionamiento y tuve que dejar el coche en la calle porque una paquetería tenía lleno el lugar con paquetes y unidades de reparto, los siguientes días sí pudimos entrar pero también tardaban en mover las unidades para poder salir.
La entrada al hotel es entre calles y están muy sucias y descuidadas, en la esquina antes de llegar a recepción hay un contenedor desbordado de basura y aunque pasan patrullas, no se siente seguro salir a caminar por la noche.
También la habitación que nos dieron tiene poca privacidad en el baño (tiene puerta de cantina) y nos dieron una habitación doble, en lugar de una sencilla con cama king size, nos dieron una con dos matrimoniales, el aire acondicionado la verdad sí enfría bastante bien, pero las camas medianamente duras.
La alberca estaba limpia y poco usada, y aunque te dicen que no lleves las toallas de habitación a la alberca, no había nadie que nos diera equipo para secarnos, por tanto nos fuimos en 2 ocasiones mojados hasta la habitación.
En sí, fue una estancia tranquila y agradable, donde se puede dormir pacíficamente y