Lo que me gustó: el personal es agradable, el desayuno es bueno, los detalles de bienvenida (agua, cava), proveen el body milk y el acondicionador. Parada de autobús a pocos minutos, se puede llegar al centro en menos de media hora andando.
Lo que no me gustó: las 'piscinas' son dos charcas, una de ellas a pies, literalmente, de la gente sentada en la terraza, visible desde la calle ya que se trata de un acuario; no hay espejo grande en la habitación; no pude estar en la habitación sin las cortinas cerradas ya que se ve directamente dentro tanto desde la terraza como del edificio vecino pegado al hotel, en el baño se salía el agua de la ducha por todo el suelo. El mobiliario muy modesto, tipo Ikea o peor; el sobrecolchón bastante bien así que la cama era cómoda. Wifi en la habitación era malo. Hay un solo ascensor, y tarda bastante en llegar. Me sorprendió que haya moqueta, espero que sea ignífuga. Me parece mucho más un un tres estrellas medio que uno de cuatro.