Muy bien ubicado. Los comerciales de la propiedad muy amables. Hablan español perfectamente. Nos recibieron con unos regalos de bienvenida, botella de vino, cápsulas de café y galletas. El apartamento muy cómodo. Solo echamos en falta una tostadora. Jose, el comercial, nos contó un montón de sitios donde ir a comer, cenar, picar, salir, comprar, etc. Las niñas durmieron en el sofá cama y nosotros en la cama de matrimonio. Camas cómodas. No hay ascensor. Es un segundo piso. La zona es tranquila aunque haya ciertos indigentes pidiendo en los alrededores. Para aparcar, hay que sacar ticket cada 2 horas, hasta las 7 de la tarde, sábados hasta las 4, y domingos gratis, pero siempre había sitio. Si volvemos a Oporto, repetiríamos.