Habíamos elegido un estudio con vistas al mar y sí, se veía el mar pero en un lado y muy de lejos.
También elegimos la opción sofá cama de matrimonio y 1 cama individual para que el niño estuviera más cómodo y era un plegatín muy pequeño y no demasiado cómodo.
La cocina está bien equipada de vajilla, ollas, sartenes, pero no hay ni una bayeta, ni jabón de los platos, ni servilletas.
El estudio en sí es amplio y muy luminoso.
El baño también muy amplio y la ducha con mucha presión, sólo pediría cambiar la cortina por una mampara, ya que estaba amarillenta y vieja y da un poco de manía.
La terraza grande y espaciosa y muy agradable cenar en ella.
En cuanto a instalaciones en general, me sorprendió muy positivamente la piscina, hamacas, entorno, muy bonito, limpio y bien cuidado y no es necesario llevar gorro tal como había leído en otros comentarios.
También nombrar al equipo de animación y personal de recepción y bar, muy agradables todos.
en cuanto a la basura, son muy muy exigentes con el reciclaje, hasta el punto que hay una persona responsable de revisar la basura cuando la vas a tirar.
La ubicación es muy buena, cerca de La Pelosa y al lado de las Salinas y la Pazzona, preciosas playas aunque estas dos últimas, estaban llenísimas de algas en esta primera semana de Septiembre.
Hemos pasado una bonita semana. Recomendaría este sitio