El hotel está en la séptima planta de un edificio en el que hay otros hoteles. Algunas habitaciones (suite) disponen de terraza con mesita y vistas a la ciudad. La cama es cómoda, el baño amplio, la ducha tipo lluvia y los consumibles (papel, cremas, etc) son de tipo biológico sin que por ello pierdan calidad. Hay algún detalle que pide algo de mantenimiento pero nada importante. La zona de desayuno es acogedora, con bollería y algo de embutido, panes, fruta variada y tarritos de cremas/mermeladas. Una parte está sobre la terraza cubierta, perfecto para el verano. Tienen recepción 24h y son amables. La calle es zona azul para aparcar salvo algunos trozos que son amarillos (reservados). Está cerca del teatro máximo y no muy lejos del resto de monumentos.